Dra. Úrsula Zurita Rivera1
Después de más de dos años de haber conversado por primera vez con Leda Pérez –directora de Apuntes– sobre la emisión de una convocatoria dedicada a los saldos de la pandemia por COVID-19 en la educación en Latinoamérica, se presenta con gran entusiasmo el número 92 de Apuntes. En ocho artículos de investigación –escritos por 20 especialistas de 16 universidades e instituciones de educación superior latinoamericanas, de Estados Unidos y Reino Unido–, se examinan diferentes fenómenos y problemáticas educativos que expresan algunos de los cambios que se vivieron en las escuelas y sus comunidades de todos los niveles, modalidades, subsistemas y sistemas educativos, en nuestra región, a la luz del súbito e improvisado tránsito hacia la educación a distancia en marzo de 2020.
Con distintos enfoques teóricos, analíticos y metodológicos, de manera comparada, en estudios de caso, desde la investigación educativa, las políticas públicas, el análisis de redes sociales, la sociología comprensiva o la fenomenología, los trabajos indagan en las experiencias, percepciones, decisiones, prácticas, acciones e iniciativas emprendidas por sujetos, agentes e instituciones educativas, en Bolivia, Chile, Colombia, Perú y México, tan pronto como fueron suspendidas las actividades presenciales debido al obligatorio confinamiento social. Los artículos permiten analizar fenómenos que se hallan a niveles micro, meso y macro de la educación en dichos países y, con una fuerte presencia de experiencias forjadas en otras latitudes, que conducen a pensar que los efectos e implicaciones no han sido, ni serán, homogéneos ni inmediatos.
Este dossier temático proporciona a especialistas, estudiantes, tomadores de decisiones, autoridades, agentes educativos, así como a un público amplio, un acercamiento a fenómenos educativos que se fueron constituyendo y reconstituyendo conforme avanzó la pandemia y fueron ocurriendo varias de las olas más graves de contagios y muertes por COVID-19. En especial para quienes nos interesa la educación, esta edición de Apuntes brinda conocimiento y suscita preguntas de diversa índole acerca de nuestras realidades en un período excepcional. Entre los aspectos que merecen ser sometidos a una breve reflexión se encuentran los siguientes. En primer lugar, se agradece contar con trabajos que enfocan el lente investigativo en las experiencias configuradas en uno o diversos países, durante uno o varios momentos de la emergencia sanitaria, entre la misma población y contexto geográfico; además de los que hacen comparaciones rigurosas entre integrantes de las comunidades –principalmente profesores, estudiantes y directivos– de escuelas, niveles y sistemas de varios países latinoamericanos.
Además de estas comparaciones, en varios artículos se reflexiona con especialistas de otros países, regiones y continentes que se han volcado a examinar cuestiones educativas similares en esta crisis sanitaria. Este rasgo se advierte, por ejemplo, en el artículo «La educación virtual durante la pandemia desde la perspectiva de los profesores peruanos de secundaria en escuelas rurales» de Daniel Rubén Tacca Huamán, Luis Junior Tirado Castro y Renzo Cuarez Cordero. En él, con una metodología cualitativa y fenomenológica, sus autores estudian uno de los temas más recurrentes de la investigación emergente sobre educación y pandemia, vinculado con las experiencias docentes. Al conversar con expertos que han hecho investigación desde 2020 en la India, Estados Unidos, Noruega, China, Países Bajos, Suiza, Irlanda, entre otros, la mirada se abre de tal manera que esta contrastación contribuye a la identificación precisa de las consecuencias compartidas entre profesores de varios niveles y sistemas educativos del mundo y, sin duda, de diversas especificidades del caso empírico respectivo.
Otra característica de este número de Apuntes, en segundo lugar, es la posibilidad de hacer lecturas cruzadas de varios artículos que permiten contrastar y retroalimentar los resultados de las investigaciones empíricas, de forma que el conocimiento y la riqueza proporcionados por las investigaciones son mayores. Esto se advierte, por ejemplo, en los textos «Percepciones del impacto de la pandemia en las prácticas docentes de Chile y Perú» de Pablo Andrada y Julio-César Mateus; «Cambios en las condiciones, prácticas y relaciones maestros-estudiantes durante la pandemia por COVID-19 en los bachilleratos rurales mexicanos» de Carlota Guzmán Gómez; «La colaboración educativa antes y durante la pandemia: análisis de redes sociales en escuelas chilenas» de Juan Pablo Queupil y Catalina Cuenca Vivanco; «Efectos de la pandemia en el trabajo de cuidados: el caso de las y los docentes universitarios tabasqueños que trabajaron desde el hogar» de Nélyda Solana-Villanueva, Martín De los Heros – Rondenil y Sandra Carmen Murillo-López; y el artículo «La educación virtual durante la pandemia desde la perspectiva de los profesores peruanos…» de Tacca, Tirado y Cuarez. Con diferentes marcos teóricos, analíticos y metodológicos, los especialistas ponen atención en el estudio de las experiencias, percepciones y/o prácticas de profesores que fueron trastocadas profundamente en cuanto se transitó a la educación a distancia en un contexto de emergencia sanitaria.
En tercer lugar, un tema central en varios artículos tiene que ver con las afectaciones ocasionadas por la pandemia en el trabajo docente, que puso en evidencia la histórica desigualdad entre hombres y mujeres en el mundo; pero que, en países como los nuestros, muestran las inequidades en educación, trabajo, responsabilidades familiares, entre otros rubros. De este modo, el artículo «Efectos de la pandemia en el trabajo de cuidados: el caso de las y los docentes universitarios tabasqueños…», de Solana, De los Heros y Murillo, permite observar cómo desde el inicio del confinamiento social gran parte de las actividades privadas y públicas que se trasladaron a los hogares recayeron, en gran medida, en las manos de las mujeres. Aunado a este trabajo, en «La educación virtual durante la pandemia desde la perspectiva de los profesores…», Tacca, Tirado y Cuarez identifican retos y problemáticas que rápidamente enfrentaron las familias cuando asumieron tareas educativas sin contar con numerosos recursos, habilidades y conocimientos que son cruciales para garantizar la continuidad de los servicios educativos. Esta tarea fue concebida como una de las prioridades más importantes al inicio de la emergencia sanitaria, aunque después hubo casos en escalas diversas que, además, se plantearon garantizar la calidad y equidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje en escuelas, niveles y modalidades de los sistemas educativos. Aquí, los referentes de comparación establecidos en los artículos son, de nueva cuenta, múltiples.
Así como interesan los docentes en varios trabajos del número 92 de Apuntes, hay algunos artículos sobre las experiencias, percepciones y prácticas del estudiantado de distintos tipos de escuelas, grados, niveles y sistemas educativos de nuestra región. La variedad de estudiantes tomados en cuenta permite encontrar similitudes y diferencias acerca de las numerosas consecuencias que la educación a distancia obligatoria ha provocado en sus experiencias en tanto tales. Sin duda, el aprendizaje y el rendimiento se han visto minados por el súbito abandono de las aulas, la desorganización que lo caracterizó y la incertidumbre que dominó en ciertos períodos a partir de marzo de 2020. No obstante, la convivencia, la participación, el clima escolar, y la construcción de identidades individuales y colectivas, no han quedado al margen de una reconfiguración, como lo hicieron inmediatamente las dinámicas escolares cotidianas. Al respecto, se sugiere el trabajo de Carlota Guzmán, «Cambios en las condiciones, prácticas y relaciones maestros-estudiantes durante la pandemia por COVID-19 en los bachilleratos rurales mexicanos», en el que esta especialista continúa el estudio de esta singular oferta educativa que fue creada unos años atrás en México con el fin de ampliar el derecho a la educación entre adolescentes y jóvenes que no tenían la posibilidad real de cursar la educación media superior en sus localidades de residencia. Un punto de partida esencial de Guzmán, retomado de la obra de Elsie Rockwell y Justa Espeleta, es el reconocimiento de la escuela como construcción social e histórica, cuya transformación se aprehende cuando se mira a aquella «desde abajo, desde los actores que la construyen cotidianamente». El artículo muestra cómo, ante el vacío, indecisión o inmovilidad de las autoridades educativas, o, bien, frente a la carencia o inconveniencia de políticas educativas en estos años, las comunidades escolares y sus sujetos han tomado decisiones y han actuado una vez que sus condiciones cambiaron, y asumieron nuevas y conocidas tareas y responsabilidades que, además, provocaron cambios en las relaciones entre profesores y estudiantes. De igual modo, el artículo «Reflexiones desde la práctica docente: experiencias de aprendizaje para la educación en Ingeniería Industrial en la pospandemia», de David Ernesto Salinas-Navarro, Agatha Clarice Da Silva – Ovando, Christopher Mejía-Argueta y Mario Chong, permite conocer algunos de estos cambios entre estudiantes universitarios según las opiniones vertidas por sus maestros y autoridades al respecto. En este sentido, estos expertos subrayan que, al estudiar la tecnología, no solo importa si hay acceso, si se cuenta con dispositivos y equipos disponibles o si se tiene conocimiento y uso previos. La pandemia mostró que cada vez es más relevante saber cómo se emplea la tecnología y qué impacto tiene en el aprendizaje y desempeño profesional. Por otro lado, estos académicos agregan que es indispensable que las instituciones de educación superior refrenden su compromiso con la satisfacción de las expectativas formativas de los estudiantes y de su próximo ejercicio profesional, y, también, impulsen la colaboración y la interacción social como fundamento del aprendizaje. De lo contrario, será imposible en el futuro inmediato, y después de una crisis global, garantizar la motivación y el interés estudiantiles, al igual que el aprendizaje y desarrollo de competencias en modalidades presenciales y remotas, síncronas o asíncronas.
Otro aspecto que, en cuarto lugar, importa señalar, es el impacto de la pandemia en las formas organizativas de las escuelas, instituciones, subsistemas y sistemas educativos. Llama la atención el artículo «Reflexiones desde la práctica docente: experiencias de aprendizaje para la educación en Ingeniería Industrial en la pospandemia», de David Ernesto Salinas-Navarro, Agatha Clarice Da Silva – Ovando, Christopher Mejía-Argueta y Mario Chong, en el que se examinan las afectaciones que vivieron profesores y estudiantes de la carrera de Ingeniería Industrial de algunas universidades privadas de Bolivia, Perú y México. Este trabajo es valioso porque en él se manifiesta que, aun en casos que tenían importantes conocimientos y experiencias acumuladas en períodos previos a la pandemia acerca del uso y aplicación tecnológica en enseñanza y aprendizaje en modalidades presenciales, se encontraron desafíos únicos conforme avanzaba la educación a distancia, pero también vivieron otros compartidos no solo con carreras o instituciones de educación superior similares, sino con otro tipo de escuelas, niveles y subsistemas educativos de esos y otros países. Así, la vigencia de los desafíos, tanto de los únicos como de los comunes, no está comprometida a la duración de la pandemia, pues, según sus autores, hay cambios que trascenderán indiscutiblemente a la COVID-19. Así, aun cuando se pudo haber pensado en 2020 que los retos habrían de ser menores, o de menor urgencia, en niveles, programas académicos y subsistemas con experiencia previa en modalidades híbridas y a distancia, que lo que ocurría en los niveles iniciales de los trayectos formativos de niñas, niños y adolescentes, este texto muestra que todos los niveles educativos se vieron profundamente afectados por las mismas y diferentes razones, lo cual ha generado el despliegue de consecuencias comunes y excepcionales.
Por otro lado, dedicado también a la educación superior, se halla el texto de Cristian Bedoya-Dorado, Guillermo Murillo-Vargas y Carlos Hernán González-Campo, intitulado «Gestión y organización universitaria para enfrentar la pandemia de COVID-19. Aportes desde la universidad pública en Colombia». Conviene señalar que este es el único estudio realizado por tres expertos adscritos a la misma institución que, además, someten a un estudio riguroso a su propia institución para conocer de qué manera esta emprendió cambios en su gestión y organización con la intención de tomar las mejores decisiones para aminorar y evitar los posibles efectos negativos, a la vez que fortalecer aquellos positivos provocados por la pandemia en el cumplimiento de las tareas que abarca su misión. Con entrevistas a autoridades universitarias de los más altos niveles y una revisión documental, los autores exponen las estrategias emprendidas y que se basaron en la gestión del riesgo para prevenir los contagios por el virus del SARS-CoV-2 y la aplicación de herramientas tecnológicas para poner en marcha el modelo presencial. El texto brinda conocimiento de experiencias acerca de la formulación e implementación de múltiples estrategias que abarcaron, además de las propiamente académicas y administrativas, otras tantas relacionadas con apoyos económicos, psicológicos, culturales, artísticos, deportivos, sanitarios, por ejemplo, que fueron brindados a la comunidad universitaria.
En quinto lugar, una inquietud compartida entre especialistas en los últimos años ha sido conocer el impacto de la COVID-19 de acuerdo con los tipos de sistemas educativos, ya fuesen centralizados, descentralizados o mixtos. Es evidente que las autoridades educativas se replegaron a las decisiones tomadas por las máximas autoridades políticas y sanitarias de los países en todo el mundo. Sin embargo, en estos años, se han configurado ciertos márgenes de decisión y acción en buena parte de los sistemas educativos locales y nacionales que condujeron a que las autoridades escolares y educativas pudiesen asumir un rol crucial. En este sentido, el artículo «La autonomía escolar en México: entre el proyecto difuso de política educativa y la exigencia de comunidades escolares en pandemia», de Georgina Hermida Montoya y Arcelia Martínez Bordón, se adentra en la complejidad de los fenómenos sobre estas cuestiones que tienen una historia en cada sistema educativo previa a esta crisis, sin la cual es imposible entender y explicar por qué durante la pandemia se han identificado comunidades, escuelas, niveles, subsistemas e, incluso, sistemas educativos que asumieron un papel más activo y propositivo a lo largo de la educación a distancia obligatoria.
Otro aspecto que vale la pena resaltar es que los trabajos del número 92 de Apuntes son análisis sincrónicos y diacrónicos de «una película que no termina» como sostienen Tacco, Tirado y Cuarez. Aun cuando algunos de los artículos abordan una realidad en un momento dado, otros indagan sobre ciertos tópicos entre una población determinada o seleccionan un contexto en varias temporalidades, se discuten resultados investigativos que, al examinarlos y discutirlos más allá del confinamiento social, logran trascender la inmediatez de la educación a distancia, así como identificar aquellos problemas, desafíos y propuestas que deben ser considerados en las decisiones educativas para el futuro regreso a las escuelas. Así, en varios artículos, se advierte el cuestionamiento de los especialistas tanto a las medidas gubernamentales tomadas al inicio como al tan deseado final de la pandemia del virus del SARS-Cov-2. Por un lado, se discute qué tanto esta crisis debió ser enfrentada con medidas homogéneas impuestas en cualquier tipo de comunidades escolares, escuelas, niveles y subsistemas educativos del mundo; o si, tan pronto como fue advertido que el aislamiento social duraría más allá de lo indicado inicialmente, para evitar mayores consecuencias negativas en el aprendizaje, la enseñanza, la equidad, la calidad y el derecho a la educación, se debió optar por medidas diferenciadas. Por otro, los retornos imaginados requieren partir del reconocimiento, según los autores, de que la pandemia comprende múltiples y multidimensionales procesos, experiencias y cambios desarrollados en un período indeterminado, que han llegado a trastocar los proyectos educativos de largo alcance que las sociedades imaginaron para el siglo XXI. A la luz de los resultados de las investigaciones realizadas, queda de manifiesto que, más allá de lo desafiante que serán esos regresos a las escuelas, es inevitable construir competencias y modelos educativos novedosos que, junto con programas, planes, formación y capacitación docente, y diseño de múltiples recursos educativos, y con todas las ventajas que proporciona la tecnología, se planteen como propósito primordial garantizar la educación inclusiva, universal y accesible, especialmente entre aquellos grupos vulnerados, mediante modalidades presenciales, virtuales e híbridas.
Finalmente, un aspecto que llama la atención es que casi todos artículos del número 92 de Apuntes corresponden a trabajos colectivos, de la autoría de dos, tres y cuatro académicos adscritos en su mayoría a diversas instituciones académicas y países. Esta cualidad, aparentemente irrelevante, ha llegado a ser una característica distintiva del trabajo académico que, ante el desarrollo y ejercicio profesional a distancia, desde 2020 ha fomentado la creación de nuevas redes y grupos de investigación interinstitucionales, nacionales e internacionales, así como el fortalecimiento de otros preexistentes. De este modo, el abordaje de fenómenos y problemáticas educativos de este dossier ejemplifica la emergencia y proliferación de numerosas investigaciones empíricas volcadas al estudio de los múltiples, esperados e inesperados saldos de la pandemia en la educación. Los artículos contribuyen con rigor y robustez a profundizar el conocimiento sobre las afectaciones de esta crisis global, provocar más reflexiones y plantear más preguntas, además de imaginar posibles futuros que habremos de construir en nuestras sociedades. Si bien hay otros elementos en estos trabajos en los que vale la pena pensar, con el firme interés de que se proceda a su lectura, concluyo apostando a que habremos de continuar este diálogo en el espacio que nos brinda Apuntes.
1 Doctora en Ciencia Política por la UNAM. Profesora investigadora de tiempo completo de la Flacso, Sede Académica México. uzurita@flacso.edu.mx